Un bajo-inflado provoca una flexión exagerada de la carcasa. Esto tiene como consecuencia:
- Calentamiento del neumático
- Disminución de la vida útil de la carcasa
- Desgaste prematuro irregular
- En los casos extremos, el bajo-inflado puede llevar a la destrucción del neumático
- Un neumático con una presión de un 20% por debajo de la aconsejada dura un 18% menos.
Un sobre-inflado puede igualmente provocar una disminución del rendimiento kilométrico.
- Tiene como consecuencia:
- Desgaste irregular y más rápido
- Menor confort
- Menor adherencia
- Mayor propensión a roturas y cortes por impactos
Debido a la relación que existe entre la presión, el volumen y la temperatura de los gases, durante la marcha y por el rozamiento con el suelo, la temperatura y la presión de los neumáticos sufren un aumento.
Este fenómeno es absolutamente normal y en absoluto hay que alarmarse por ello, ya que ha sido tenido en cuenta por el fabricante.
Midiendo la presión después de un viaje bastante largo, la presión en caliente respecto a la presión en frío puede aumentar un 20%.
Bajo ningún escenario hay que desinflar los neumáticos en caliente.